martes, 27 de abril de 2010

EL RELOJ
¡Reloj! Siniestro dios, impasible, horroroso,
cuyo dedo amenaza y dice ¡Acuérdate!.
Los vibrantes Dolores en tu pecho espantado
pronto se han de clavar como en una diana,
el Placer vaporoso huirá hacia el horizonte
lo mismo que una sílfide tras las bambalinas;
cada instante devora un pedazo de gozo
que para su sazón a cada hombre se otorga.
Tres mil setecientas veces a la hora, el Segundo
susurra: ¡Acuérdate! – Rápido, con su voz
de insecto, el Ahora te dice: “ Yo soy el Hace Tiempo,
¡ y con mi trompa inmunda te he chupado la vida!.
¡Acuerdate! Remember! ¡Pródigo! ¡Esto es memor!
(Mi gaznate metálico habla en todas las lenguas)
Los minutos son gangas, oh mortal alocado,
Que no hay que dejar nunca sin extraer su oro.
Un jugador, acuérdate, insaciable es el Tiempo
Que sin lugar a trampas te gana-es la ley-toda baza.
Decrece el día, aumenta la noche, ¡Acuérdate!
La sima está sedienta; se agota la clepsidra.
Pronto dará la hora en que el divino Azar,
y la Angustia Virtud ( tu esposa que aún es virgen)
y el Arrepentimiento ( ¡oh de albergue postrero!)
te dirá todo: « ¡Muere, viejo vil, ya es muy tarde!».
Este poema pertenece a la obra Las flores del mal, de Charles Baudelaire. Lo he seleccionado porque al hacer las prácticas en el Insituto es el tema que me ha tocado tratar y me ha parecido impresionante. El autor nos muestra la angustia existencial por el paso del tiempo, es decir hay que aprovechar cada segundo. Esto me llevó a relacionarlo con un texto de Julio Cortazar, "Preámbulo a las instrucciones para dar cuarda al reloj", que fue utilizado para un anuncio de televisión ( el del seat león...lo recordaís?)...
Espero que os guste y la verdad es que no deberíamos desperdiciar ni un segundo en nuestra vida, ya que sólo hay una, y en menos que te hayas dado cuenta tu reloj se parará

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